miércoles, 22 de abril de 2009

LAS TRES BARRERAS

Llego un discípulo de Sócrates con él, y le dijo:
-Maestro, quiero contarte como un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia…
Sócrates lo interrumpió diciendo:
-Espera. ¿Ya hiciste pasar a través de las tres barreras, lo que me vas a decir?
-¿Las tres barreras?
-Si replico Sócrates-, la primera es la VERDAD. ¿Ya examinaste cuidadosamente si lo que quieres decirme, es verdadero en todos sus puntos?
-No, lo he oído decir a unos vecinos…
-Pero al menos lo habrás hecho pasar por la segunda barrera, que es la BONDAD. Lo que quieres decir, ¿es por lo menos bueno?
-No, en realidad no, al contario…
-¡Ah! -interrumpió Sócrates-, entonces vamos a la tercera barrera. ¿es NECESARIO que me cuentes eso?
-Para ser sincero, no. Necesario no es.
-Entonces –sonrió el sabio-, si no es VERDADERO, ni BUENO, ni NECESARIO…sepultémoslo en el olvido.

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